

Un avión volaba tranquilamente hacia Vancouver cuando una mujer llamada Lily, sentada en clase turista, decidió que merecía un ascenso.
Sin dudarlo, subió a primera clase, se sentó en un asiento vacío y se sintió como en casa.
Una azafata la vio rápidamente y se acercó con una sonrisa educada pero firme.
AUXILIAR DE VUELO: «Disculpe, señorita. ¿Me puede mostrar su tarjeta de embarque?»
LILY: (Agitando la mano dramáticamente) “Soy Lily. Soy fabulosa. Me voy a Vancouver y me quedo aquí mismo”.
Tratando de disimular su frustración, la azafata explicó con amabilidad:
AZAFATA: «Señorita, compró un billete en clase turista. Deberá regresar a su asiento asignado».
LILY: “Soy Lily, soy fabulosa, me dirijo a Vancouver y me hospedaré aquí”.
Al ver que no llegaba a ninguna parte, la azafata se disculpó y se dirigió a la cabina para informar a la tripulación.
AUXILIAR DE VUELO: “Capitán, copiloto, tenemos una mujer en primera clase que se niega a irse”.
El copiloto se ofreció a manejarlo y caminó por el pasillo para probar suerte.
COPILOTO: (amablemente) “Señorita, como su boleto es para clase económica, necesito pedirle que regrese a su asiento”.
LILY: (sin perder el ritmo) “Soy Lily, soy fabulosa, me dirijo a Vancouver y me hospedaré aquí”.
Desconcertado, el copiloto regresó a la cabina.
COPILOTO: “Creo que vamos a necesitar seguridad al aterrizar. No se mueve.”
El capitán, al oír la conversación, simplemente se rió entre dientes.
PILOTO: Tranquilo. Lo tengo todo bajo control. Mi esposa es igual que ella.
Caminó por el pasillo, se inclinó y le susurró algo al oído a Lily.
Inmediatamente, los ojos de Lily se abrieron en estado de shock.
LILY: “¡Oh, lo siento mucho!” jadeó, saltando y corriendo de regreso a clase económica sin quejarse.
El azafato y el copiloto miraron al piloto con asombro.
AUXILIAR DE VUELO: “Capitán, ¿qué le dijo?”
El piloto sonrió.
PILOTO: Sencillo. Le dije que la primera clase no va a Vancouver.
Để lại một phản hồi