Una vez, un marido llegó tarde a casa después de beber. Tocó el timbre.
Esposa: “¿Dónde has estado tan tarde? No voy a abrir la puerta. Puedes dormir afuera esta noche”.
Cerca de allí, había un pozo.
Marido: “Si no abres la puerta, saltaré al pozo”.
Esposa: “Haz lo que quieras, no abriré la puerta”.
El esposo tomó una piedra grande y la arrojó al pozo. La esposa abrió rápidamente la puerta y corrió hacia el pozo.
El marido entró en la casa y cerró la puerta.
Esposa: “Abre la puerta o gritaré y haré que la gente se reúna aquí”.
Marido: «Que se reúnan. Te preguntaré delante de ellos de dónde vienes tan tarde, vestida así».
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