Cuando Sarah tuvo a su bebé, Luc, imaginó que sería el día más feliz de su vida. Tras un embarazo difícil, lleno de preocupaciones y noches sin dormir, abrazar por fin a su hijo hizo que todo valiera la pena. Se imaginó a su esposo, Tom, llegando a recogerlos del hospital, orgulloso y sonriente, listo para comenzar su nueva vida juntos como familia.
Pero cuando llegó el día del alta, Tom no llegó a tiempo. La emoción de Sarah se convirtió en preocupación al no recibir respuesta a sus llamadas ni mensajes. Finalmente, Tom le envió un mensaje diciendo que estaba en el centro comercial, en plena venta de zapatos, y que llegaría una hora tarde.
Sarah estaba destrozada. ¿Cómo podía priorizar las compras sobre su hijo recién nacido y su esposa? Una amable enfermera vio su angustia y se ofreció a llevarlos a casa. Cuando Sarah llegó, Tom estaba relajado en el sofá, presumiendo sus zapatillas nuevas.
Cuando lo confrontaron, dijo que no le parecía gran cosa y que Sarah podría simplemente tomar un Uber. Esa respuesta le rompió el corazón.Sintiéndose traicionada y sola, Sarah empacó una maleta para ella y para Luc y se fue a casa de su hermana. Tom le rogó perdón, llamándolo y enviándole mensajes constantemente, pero Sarah necesitaba espacio. Tras días separados, y animada por su hermana, Sarah aceptó ver a Tom.
Al verlo desgastado y arrepentido, escuchó su sincera disculpa y su promesa de cambiar. Había empezado terapia y estaba comprometido a priorizar a su familia. Sarah aceptó darle una oportunidad más, pero le dejó claro que si los decepcionaba de nuevo, se iría para siempre.
Para demostrar su valía, Tom se dedicó a cuidar al bebé a tiempo completo: cambiar pañales, alimentarlo por la noche, etc. Fue duro y agotador, pero poco a poco aprendió cuánto amor y esfuerzo requiere criar a un hijo. Una noche, abrumado y emocionado, Tom admitió cuánto lo sentía y cuánto lamentaba haber lastimado a Sarah.
Al ver su cambio genuino, Sarah lo perdonó. Desde entonces, Tom se convirtió en el esposo y padre cariñoso que ambos anhelaban, haciendo de su familia su máxima prioridad y sin perder un solo momento con Luc.
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