

Buddy y su esposa Edna iban a la feria estatal todos los años, y cada año Buddy decía: “Edna, me gustaría viajar en ese helicóptero”.
Edna siempre respondía: “Lo sé, amigo, pero ese viaje en helicóptero cuesta cincuenta dólares, y cincuenta dólares son cincuenta dólares”.
Un año, Buddy y Edna fueron a la feria, y Buddy dijo: «Edna, tengo 85 años. Si no subo a ese helicóptero, puede que no tenga otra oportunidad».
A esto, Edna respondió: “Amigo, ese viaje en helicóptero cuesta cincuenta dólares, y cincuenta dólares son cincuenta dólares”.
El piloto escuchó a la pareja y dijo: «Amigos, les propongo un trato. Los llevaré a dar un paseo. Si se quedan callados todo el viaje y no dicen ni una palabra, ¡no les cobraré ni un centavo! Pero si dicen una sola palabra, son cincuenta dólares».
Buddy y Edna estuvieron de acuerdo y subieron.
El piloto realizó todo tipo de maniobras sofisticadas, pero no se oyó ni una palabra. Repitió sus acrobacias temerarias una y otra vez, pero seguía sin decir ni una palabra.
Al aterrizar, el piloto se volvió hacia Buddy y le dijo: “¡Caramba! Hice todo lo posible para que gritaras, pero no lo hiciste. ¡Estoy impresionado!”.
Buddy respondió: “Bueno, para decirte la verdad, casi dije algo cuando Edna se cayó, ¡pero cincuenta dólares son cincuenta dólares!”
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