Una joven finalmente se acomodó en su asiento en el tren.

Después de un día largo y agotador, una joven finalmente se acomodó en su asiento en el tren, con la esperanza de un viaje tranquilo a casa.

Cerró los ojos, dispuesta a disfrutar de un descanso muy necesario.

Pero sus esperanzas se vieron rápidamente frustradas por el hombre que estaba sentado a su lado, que sacó su teléfono y comenzó a hablar lo suficientemente alto para que todo el vagón del tren pudiera oírlo.

—Hola, cariño, soy John. Estoy en el tren —anunció.

“Sí, sé que son las 6:30, no las 4:30, pero tuve una reunión larga”.

—No, cariño, no estaba con Cathy de Contabilidad. Estaba con el jefe, te lo juro.

Eres la única en mi vida. Sí, estoy segura, querida.

Durante quince minutos, la conversación se prolongó, su voz dominaba el espacio y ponía a prueba la paciencia de todos los que lo rodeaban.

Finalmente, la joven se hartó. Se acercó a él y le habló en voz alta: «John, cariño, cuelga y vuelve a la cama».

El vagón del tren estalló en carcajadas, y la cara de John se puso roja como un tomate. Colgó al instante.

Y desde ese día, John nunca más volvió a hacer una llamada telefónica en voz alta en público.

¡¡JAJAJA!!

¡Espero que este chiste te haga sonreír! ¡Que tengas un buen día!

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