Nancy aún estaba conmocionada por la pérdida de su esposo, Patrick, en un accidente de coche cuando ocurrió algo aún más inimaginable. Al salir del funeral, una mujer mayor le cerró el paso con un bebé en brazos.
“¿Eres Nancy?”, preguntó la mujer. “Es el hijo de Patrick”. Nancy se quedó atónita. Nunca había visto a la mujer y no podía creer lo que oía.
Patrick había sido un esposo cariñoso y devoto, o eso creía ella. Rechazó la afirmación y se marchó, demasiado abrumada para procesarla. Pero al acercarse a su coche, encontró al mismo bebé llorando en el asiento trasero, abandonado. Mientras Nancy alzaba al bebé para consolarlo, notó una marca de nacimiento en el cuello del bebé.
Idéntico al de Patrick. Se le encogió el corazón. Buscando respuestas, Nancy tomó cabello del viejo cepillo de Patrick y fue a hacerse una prueba de paternidad. Los resultados la destrozaron. Patrick era el padre. Decidida a devolver el bebé a su verdadera madre, Nancy buscó pistas entre las pertenencias de Patrick.Finalmente, el GPS del coche la condujo a una casita. Amanda abrió la puerta, otra vez. Los resultados la destrozaron. Patrick era el padre. Decidida a devolver el bebé a su verdadera madre, Nancy buscó pistas entre las pertenencias de Patrick. Finalmente, el GPS del coche la condujo a una casita. Amanda abrió la puerta, otra vez.
Esta vez, reveló toda la verdad: la madre del bebé, Emma, había fallecido de un infarto días después del accidente de Patrick. El nombre de Emma dejó atónita a Nancy. Conocía a Emma. Años atrás, Emma y Patrick habían estado enamorados, hasta que Nancy mintió sobre su embarazo para recuperar a Patrick. Su mentira funcionó.
Emma se fue de la ciudad con el corazón roto y Patrick se quedó con Nancy, sin saber nunca la verdad. Ahora Nancy sabía que él había encontrado a Emma nuevamente y que había tenido un hijo con ella. Abrumada por la culpa, Nancy tomó una decisión: criaría al bebé de Patrick y Emma como si fuera suyo, como una forma de hacer las paces con su pasado.
Años después, cuando Catherine cumplió dieciséis años, Nancy le contó todo. Temía el rechazo. En cambio, Catherine la abrazó y le dijo: «Eres mi mamá en todo sentido». En ese momento, Nancy sintió una sensación de perdón, de Catherine, y quizás también de Patrick y Emma.
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