Llegué a casa del trabajo esperando encontrar a mi hija, Lily, y a su niñera, Jessica, sanas y salvas. Pero la casa estaba…
Un silencio inquietante y vacío. Ni risas, ni dibujos animados, ni señales de vida. El pánico se apoderó de mí. Llamé a Jessica y no hubo respuesta. Fue entonces cuando…
Recordé el AirTag que había metido en la mochila rosa de Lily. Al abrir la aplicación,
Casi se me para el corazón: ella estaba en el aeropuerto.
Conduje como un loco, siguiendo la señal con miedo. En la terminal, vi su mochila y luego a Jessica, Daniel (mi ex),
Y su horrible madre, Brenda. ¡Habían planeado sacar a Lily del estado sin decirme nada! Brenda sonrió como si me hubiera hecho una broma.
Jessica parecía confundida, pues le habían mentido. Dijeron que era “solo un viaje a la playa”.
Pero lo vi como lo que era: un secuestro.
La seguridad del aeropuerto intervino rápidamente. Dejé claro que no era un malentendido, sino una manipulación. Brenda intentó actuar.
Inocente, Daniel lo ignoró, pero ambos sabían que habían ido demasiado lejos. Jessica se disculpó profusamente cuando se dio cuenta de la
verdad, prometiendo que nunca habría ayudado si lo hubiera sabido.
Con Lily en brazos, me alejé del caos; mi hija estaba a salvo por ahora. Pero en el fondo, sabía que esta batalla con Daniel…
Y Brenda apenas empezaba. Pensaron que me rendiría. No tenían ni idea de con quién estaban tratando.
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