

Cuatro granjeros estaban sentados a la barra de una taberna. En la mesa de al lado estaba sentada una joven.
El primer hombre dijo: “Creo que es WOOMB”.
El segundo respondió: “No, debe ser WOOOOMBH”.
El tercero dijo: “Ambos están equivocados: es WOOM”.
El cuarto dijo: “No, tiene que ser WOOMMMMBBB”.
Ante esto, la joven no pudo aguantar más. Se levantó, se acercó a los granjeros y les dijo: «Miren, incultos, es el útero. Eso es todo, eso es todo». Y se fue.
Finalmente, uno de los granjeros rompió el silencio diciendo: «Bueno, no sé. Una niña tan pequeña como esa, no entiendo cómo podría saberlo. ¡Apuesto a que nunca ha oído a un elefante tirarse un pedo!».
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