

Un día Pablo y Paco viajan a caballo por el desierto.
Mientras cabalgan, Pablo huele algo horrible. Detiene su caballo y se da la vuelta.
Él dice: “Oye Paco, ¿te cagaste en los pantalones?”
Paco dice “No, Pablo, no me he cagado en los pantalones”.
Él le cree y siguen cabalgando. A medida que avanzan, el olor empeora. Es tan fuerte que las moscas empiezan a pulular. Pablo detiene su caballo y se da la vuelta.
Luego dice: “Paco, ¿estás seguro de que no te cagaste en los pantalones?”
Paco dice “Sí Pablo, estoy seguro de que no me he cagado en los pantalones”.
Él dice: “Está bien”.
Siguen adelante y el olor se vuelve insoportable. Pablo espanta las moscas. Pablo detiene su caballo y se baja.
Luego dice: «Paco, bájate del caballo y bájate los pantalones. ¿Creía que habías dicho que no te cagaste en los pantalones?».
Paco responde “¡Creí que te referías a hoy!”
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