Un camionero entró en una cafetería de una parada de camiones y dio su pedido.

Un camionero entró en una cafetería de una parada de camiones y dio su pedido.

Dijo: “Tendré tres neumáticos pinchados, un par de faros delanteros y un par de estribos”.

La nueva camarera rubia, deseosa de hacer bien su trabajo pero desconcertada por la petición, fue a la cocina y le preguntó al cocinero: «Hay un tipo que acaba de pedir tres neumáticos pinchados, un par de faros y un par de estribos. ¿Cree que esto es una tienda de repuestos para autos?».

El cocinero se rió entre dientes y explicó: «No, no. Tres pinchazos son tres panqueques, un par de faros son dos huevos estrellados, y los estribos son dos lonchas de tocino crujiente».

Aliviada, la camarera asintió y volvió a preparar el pedido. Pero antes de servirlo, tuvo una idea. Tomó un tazón de frijoles y los añadió a la bandeja.

Cuando colocó la comida delante del camionero, él miró el tazón de frijoles y preguntó: “¿Para qué son los frijoles?”

Con una sonrisa brillante, ella respondió: “Bueno, pensé que mientras esperas a que se pinchen tus neumáticos, las luces delanteras y los estribos, ¡también podrías cargar combustible!”

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